Hola GORDAS y GORDOS, madres y padres de recortes y desechos de maternidad de los colegios San Miguel y Elisburu: ( Gijon, Asturias )
Suena fuerte ¿verdad?, PERDON Y DISCULPAS por empezar de una forma tan grosera pero si continuáis leyendo entenderéis el porqué de tan insultante inicio y también el motivo que me ha llevado a dirigirme a vosotros para compartir la impotencia que me embarga ante comportamientos tan indignos y sobre todo ante semejante falta de respeto por los vecinos con los que compartimos nuestra vida día tras día.
Hace unos años mi hermana se fue a trabajar a Jaca y desde entonces en cuanto tiene ocasión vuelve a su Asturias querida. Este año vino acompañada por una amiga y se la veía feliz presumiendo de su Asturias, su familia y de la hospitalidad de sus gentes. Después de varios días de excursiones para enseñarle Asturias de punta a punta y dejar boquiabierta a su invitada ante tantas maravillas, deciden que solo les queda ir de compras por el barrio antes de recoger a sus sobrinos del colegio, pues adora a los niños y a ellos les encanta que su tía vaya a buscarlos.
Recuerdo que me dijo entre risas: “cuando terminemos de comprar las tiendas cerraran por falta de existencias, vamos a ser la envidia de Jaca, nos van a pedir autógrafos por la calle…”
Cuando nos volvimos a ver le pregunté que tal le había ido de compras y me dijo que no habían visto nada que les gustase….
Me extrañó mucho pero unos días antes de irse todo tomó sentido.
Mi madre y yo queríamos que se llevaran un regalo de despedida, así que nos acercamos a una tienda que frecuentábamos de vez en cuando, situada en la calle Soria, esquina con Andalucía. No estaba la dependienta de siempre pero aún así compramos muchas prendas y después de pagar ya nos íbamos entre halagos como: “ya podían ser todas las clientas como vosotras” “lo que lleváis parece hecho a medida” “sí vida, os queda todo estupendo…” etc., etc. , cuando al vernos desde fuera entran sonrientes mi hermana y su amiga y de repente al ver a la dependienta, como si hubiesen recibido un jarro de agua fría, les cambia la cara y enmudecen al tiempo que salen de nuevo a la calle.
Salimos tras ellas y al preguntarles sobre su extraña reacción, nos invitaron a tomar un café para contarnos lo que les había pasado días antes con la persona de la tienda.
Mi hermana empezó su relato:
<< El otro día, cuando íbamos en dirección al colegio a recoger a los niños, vimos el escaparate de una tienda de moda en Gaspar García Laviana, entre una carnicería y un salón de belleza, y vimos algo que nos gustó así que como era temprano aún, decidimos entrar a probarnos esa prenda. Ya notamos que molestamos a las tres personas que se hallaban en su interior inmersas en una conversación pues la interrumpieron al vernos y empezaron a cuchichear algo y a reírse, pero nosotras aunque nos pareció de muy mala educación no le dimos importancia. Una de ellas suponíamos que sería la dependienta así que nos dirigimos al grupito y literalmente dije: “perdonad si os interrumpo pero tengo un poco de prisa pues tengo que recoger a los niños del colegio San Miguel y me gustaría saber si hay una talla más de estas prendas que me gustaría probar”…Y ahí empezaron las malas caras y los malos modos, acompañados de cuchicheos y risitas entre ellas. Cuando le enseño una de las camisas me dice: “¿dónde quieres meter tú eso?, y sí tengo tallas más grandes, pero si tienes prisa mejor vienes por la tarde y te pruebas todo con más tranquilidad.” Me pareció buena idea y le respondí que tenía razón que con prisas no se puede comprar ropa pues luego llegas a casa y ni te gusta ni te queda bien.
Ya estábamos a unos metros, cuando eché de menos la revista que llevaba en la mano y di la vuelta para comprobar si me la había dejado dentro. Y ¡cual fue mi sorpresa cuando oigo la siguiente conversación entre ellas!:
Primera. – ““ni te gusta ni te queda bien, ni te gusta ni te queda bien “ …(imitándome con voz de viejecita) “mejor reconocía que está gorda como una foca y que nada le queda bien…ja,ja,ja” “Y por eso manda a sus hijos al San Miguel ¿ó dijo al Elisburu? para pasar desapercibida entre tantas gordas…ja,ja,ja”
Segunda.- ¿Te imaginas como serán sus hijos?, bueno la verdad es que no hace falta imaginar, solo tienes que acercarte a esos dos colegios a la hora de la salida y verás que no se distinguen unos de otros, parecen todos hermanos…¿serán hijos del mismo gordo?...ja,ja,ja
Tercera.- “Esos no son niños, son recortes de maternidad”, y celebrando a carcajadas su ocurrente frase.
Primera.- ¿Recortes dices?, no llegan ni a eso, más bien desechos de martenidad,…ja,ja,ja.
Cuando ya me pareció oír bastante, hice notar mi presencia para saber si aún les quedaba un atisbo de vergüenza al verse descubiertas, pero no vi el más mínimo sonrojo en sus caras, así que me dí media vuelta y ni siquiera pregunté por mi revista, alejándome con el sonido de sus carcajadas y con una fuerte sensación de impotencia ante tanta bajeza moral y falta de escrúspulos, y sobre todo con tristeza tras comprobar que existen personas tan ignorantes y atrevidas que llevan por bandera el descaro y la desvergüenza; así como la soberbia, sintiéndose superiores a los demás y sin ser capaces de verse a ellas mismas como lo que son: pobres desgraciadas que merecen lástima por su falta de valores y que necesitan rodearse de vulgaridad para sentir que son importantes, pues en el fondo saben que no valen nada….>>
Tras finalizar el relato, todas quedamos en silencio un momento, y a continuación surgió un debate sobre qué se podía hacer ante semejante situación.
Y no sólo porque se trate de una falta de respeto enorme a la gente del vecindario, ya que el comercio de barrio subsiste precisamente gracias a la gente llana y sencilla que vive en él y por tanto a las mamás “gordas”, “feas”, “bajas” etc. que le dejan parte de su sueldo en su negocio precisamente porque “está en el barrio” y la gente de él es solidaria y generosa, y prefiere gastar en un comercio vecino que no en el centro…. Si no también, porque era injusto que comportamientos tan deplorables quedaran impunes y que personajes de tan poca calidad moral no recibieran un escarmiento.
A medida que éramos conscientes de la injusticia cometida, nos dimos cuenta de que era necesario que la gente supiera qué clase de personas convivían entre ellos y por eso me decidí a hacer público tan desafortunado hecho.
Espero que sirva para que sucesos tan lamentables no vuelvan a suceder y para dar una pequeña lección de humildad a personajillos que no merecen ser nuestros vecinos.
P.D.: No hago ninguna referencia a las opiniones vertidas sobre los niños porque se comentan solas…a la vez que dejan reflejada la categoría de dichas personas: simplemente escoria.