LAS DISTORSIONES DEL AMOR

Es muy cierto conozco muchas personas a las que les pasa , el autoengaño es terrible , pero a la vez es muy dificil de superarlo

¡Qué cierto es lo que dice Admin: "las grandes revoluciones siempre exigen atención despierta"! Aquí se suele decir una frase que no sé si se utiliza en vuestro país: "No hay más ciego que el que no quiere ver" y realmente es así, pues, tal y como dice Leti, el autoengaño es terrible. Cuesta mucho quitar la venda de los ojos para ver las cosas tal y como son en realidad.
A mí, cuando en ocasiones me he sentido perdida, me ha funcionado muy bien alejarme físicamente de aquello que me ocasionaba el malestar. Cuando te alejas de las cosas las percibes de manera distinta. Es bueno centrarse en una misma, buscarte, encontrar tu centro, conectar con tu yo interior y alejarte de todo lo que te rodea. Yo al menos solo de ese modo puedo ver las cosas de manera objetiva, sin engaños, sin presiones, sin nada que enturbie mi mente.
Otra muy buena terapia es escribir lo que se siente y leerlo después. Cuando escribes te estás desahogando, pero cuando lees lo que has escrito lo ves de otro modo.
Autoengañarnos en todos los sentidos y aspectos de la vida es negativo y dañino; pero en lo que a una relación se refiere, sólo contribuye al malestar propio y de la otra persona, sólo conduce a un final más doloroso aún si cabe.

Hay que tener mucho cuidado con eso... conozco a chicas, incluso a mi me ha pasado, que realmente no son felices con sus novios, y usan todas esas excusas, y en realidad se autoconvencen para evitar el sufrimiento.....

porque la costumbre mata, y si te costumbraste es muy dificil ya salir y eso te lleva a inventarte esas excusas y creertelas....

Efectivamente, Arwen, la costumbre mata. Conozco a más de una pareja que llevaba bastante tiempo de noviazgo y cuando se casaron apenas duraron unos meses. Sencillamente se han divorciado porque han descubierto que no aman a su pareja.
Creo que el ser humano es un experto en complicar situaciones. Nos encanta engañarnos a nosotros mismos. Estoy segura que muchas de estas personas mientras se aproximaba el día de la boda dudaron si debían casarse o no. Y cuando en una relación existe el menor resquicio de duda, en cualquier aspecto, es señal de que los cimientos de la relación no están firmes. Lo malo es que en estos casos, la mayoría de las veces, las dudas se esconden con autoengaños.