Nuevos espacios, ¿moda o necesidad?

Tras estar más de un año inmersos en esta “nueva normalidad”, es importante preguntarnos si los cambios que hemos sufrido como sociedad habrán llegado para quedarse o regresaremos a las aglomeraciones habituales.

Recordemos que las primeras leyes urbanísticas nacieron en el siglo XIX durante la revolución industrial para controlar las enfermedades infecciosas como la tuberculosis y se implantaron para aumentar el tamaño de las viviendas y que hubiese ventilación.

Al igual que en aquel tiempo, ahora podremos haber aprendido entre otras cosas, a buscar el bienestar tanto físico como mental y por tal motivo considero que no sería sano que regresáramos al pasado, que al final de cuentas es lo que nos trajo hasta aquí.

En la búsqueda de este bienestar veremos que la arquitectura, el diseño de interiores y hasta el urbanismo se verán involucrados en cambios positivos que mejoren la sana convivencia. Dentro de los centros de trabajo, el diseño tanto de mobiliario como de espacios cambiará tomando en cuenta algunos de estos principios en su planificación:

Proximidad y Densidad, con el fin de llegar al balance perfecto entre distanciamiento social y convivencia laboral, analizando los espacios, su función, circulaciones y flujos.

Privacidad y Personalidad, la estética y la personalización siguen siendo fundamentales para que los espacios compartidos sean productivos y formen parte de la cultura de una organización.

Geometría y división, cambiar la disposición del mobiliario para maximizar la distancia y añadir biombos o paneles para crear límites entre espacios y vías de paso.

Automatización y control remoto, por sus ventajas al facilitarnos las cuestiones cotidianas y minimizar el contacto con las superficies.

Espacios abiertos, facilitando la colaboración y la interacción social, pueden verse como una buena alternativa a los espacios cerrados.

El uso de Materiales antimicrobianos permitirá que los microorganismos que lleguen a la superficie queden estancados sin poder propagarse y la desinfección rutinaria de superficies en conjunto con el lavado frecuenté de manos los mantendrán alejados del ser humano.

Estas estrategias se podrán utilizar de manera combinada junto con los principios de rendimiento para abordar los problemas de diseño particular en cada proyecto.

Dentro de las viviendas veremos la integración de espacios de trabajo remoto, que, si bien el trabajo desde casa no es apto para todos, habrá quienes continúen realizándolo. Ellos habrán de modificar sus viviendas para adecuarse a las necesidades laborales y también podrán contar con la flexibilidad de trabajar desde lugares lejanos o hasta tener la posibilidad de cambiar de residencia.

En el entorno urbano la situación se complica, ya que la densidad es la forma más sostenible de habitar, puesto que la concentración de servicios permite su acceso a mayor población y por otra parte tenemos como primicia que la cuidad sana requiere que el sector de transporte garantice de alguna forma la distancia segura entre los viajeros, situación que lamentablemente no es compatible con la forma en la que opera el transporte público en la actualidad, ¿cómo podemos combatir esto?

En ciudades europeas como Paris y Milán, están apostando por un mayor uso de la bicicleta y ciclo vías como medio de trasporte, el cual brinda distanciamiento a la vez que incentiva el ejercicio y la reestructuración de los centros urbanos para generar ciudades donde sea posible ir a pie o en bicicleta a los nodos de trabajo o de compras. En este contexto habría que preguntarse si México esta listo para platearse una situación similar.

En conclusión, tanto las empresas como las ciudades que intenten volver a los hábitos de antes, podrían experimentar complicaciones, necesitan reinventarse porque la volatilidad es inevitable y el espacio público y de trabajo deberán estar listos para responder. https://landandbuilding.com/blog/2021/09/02/nuevos-espacios-moda-o-necesidad/